Cuenta la leyenda que una princesa buscaba amor por lados oscuros y temibles. Nadie se le acercaba, porque decían, que era fea.

Nadie comprendía que ella tenía hermosos sentimientos, y que en cuestiones del amor, la belleza no importa.

Ella lloraba buscando un amor que le corresponda, que le haga bien. Buscaba por los bosques, por las praderas, buscaba.

Cansada de buscar ese amor, rendida volvió a su castillo, cansada y con sed de no poder encontrar ese amor que ella tanto deseaba. A su regreso chocó con un muchacho, y ese muchacho le preguntó: - ¿Qué haces tan sola aquí? Es peligroso este lugar para una muchacha joven como tú.

Ella angustiada y desolada le contestó: - Vengo de buscar algún amor que merezco, pero no lo encontré. A los hombres no le gustan las chicas feas - Y se largó en llanto.

El muchacho al verla llorar desconsoladamente le dijo: - Yo también vengo de buscar al verdadero amor y no logré hallarlo. 

Ella, secándose las lágrimas lo miraba con ternura al ver que él había ido a buscar lo mismo que buscaba ella, el amor. Mientras tanto él le volvió a decir: - No llores, porque el amor no se basa en la belleza, si no en los más puro sentimientos del corazón.

Y con una sonrisa en la cara, él, le robó un beso a la princesa, su primer beso...