sábado, 14 de diciembre de 2013

Catorce de Diciembre

Un día como hoy, pero hace dos años atrás,yo salia de mi internación. Un día como hoy, pero hace seis años atrás, fallecía mi abuelo Tato. Un día como hoy, pero hoy, recuerdo todos esto con dolor y alegría. Hoy reflexione de las cosas malas y buenas que tiene este día. 
Lo bueno es que pase tres meses adentro de cuatro paredes intentando salvar mi vida, hice amigos buenos, y los malos los deje de lado; me di cuenta de que sólo unos pocos estuvieron ahí, para bancarme en mi peor momento.
Lo malo es que un día como hoy a las 10 de la mañana me enteraba de la noticia más triste de mi vida: había fallecido mi abuelo Tato. Sólo tenia 13 años y sentí un abandono enorme. ¿Qué hubiese sido de un día como hoy si él estuviese? ¿Qué hubiese sido de un día como hoy si lo tenía a mi lado, sentados en la vereda, diciéndome: Porota, anda a comprarme un jarabe? 
A veces cuando se va un ser querido, nos enojamos, lloramos, puteamos y hasta nos queremos morir con ellos. Pero... NO! Yo no, decidí ponerme fuerte para mi gente, para mis sobrinas, hermanos, y papás. Aunque esté enojada a veces porque se fue sin despedirme, lo recuerdo mucho y me llena de alegría haberlo tenido como abuelo. 
Y con respecto a mi internación, aprendí a valorar a mi gente, a las cosas que tengo y que me rodean. Soy una agradecida de estar hoy donde estoy, porque de todas las experiencias y errores, aprendí a no bajar los brazos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario