martes, 28 de mayo de 2013

Te conocí un 7 de julio, hace un frío horrible y desde temprano ya estabamos alcoholizandonos. Nos vimos, no saludamos y parecía que eramos amigas de toda la vida. La vida te trajo hacia mí en un momento medio gede de mi vida, ya que tenía varios problemas. 
Cuantas cosas que compartimos por más que nos conocemos hace poco, cuantos momentos, cuantos llantos, cuantas risas, cuantas sonrisas, cuantos cantos, cuantas comidas, cuantas salidas, cuantas andadas de bici, cuantas charlas virtuales, cuantos posteos, cuantas fotos, cuantos recis, cuantos pogos, cuantos whatsapp, cuantos mensajes.
Me enseñaste que: Nada es para tanto y tanto no lo es todo, yo te enseñe que: Ves que esta tristeza no puede ser, que algo mejor tiene que haber, algo por donde salir a andar. Dale Romie, todo pasa.
Tantas charlas compartidas, desde temprano hasta tarde, de chicos, de gente que nos cae mal, de amores, de problemas familiares, de momentos y anécdotas compartidas.
Aprendí con vos que las cosas pasan por algo, que a todo hay que ponerle una sonrisa, que para la joda están todos, para consolar son pocos.
Las de veces que nos hicimos la segunda, la de veces que hicimos locuras, la de veces que nos peleamos, las de veces que nos extrañamos.
Gracias Romie por ser incondicional, gracias por contar conmigo y tenerme en cuenta. Gracias por hacerme reír, gracias también por estar. Te amo con el alma, y creo que es poco eso. Gracias por entender mi locura, gracias por entender que soy así y no querer cambiarme.
Y te doy las gracias a vos por elegirme todos lo días como tu amiga y por haberme dado tu amistad.

SIMPLEMENTE GRACIAS POR EXISTIR ROMI, MI MUNDO, NO SERÍA MUNDO HOY SIN VOS.

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